Cierras los ojos y caes y caes y caes...la adrenalina se dispara, vivir la sensación de tener el control, y sentir que todo esta descontrolado, que todo depende de esa caprichosa llamada suerte, de volar sin avión. Son los instantes más rápidos de mi vida, y el siglo más lento del mundo. La adrenalina se dispara, toco el cielo, me elevo. Cuando todo acabe quizás ya ni existiré. Me noto el centro del mundo, todo gira en torno a mi y a la vez estoy liberada de la presión, de la tensión del día a día, del nerviosismo, estoy lejos del mundo.
De repente la humedad me inunda, todo mi cuerpo se humedece, se moja, mi respiración se para, y mis latidos dejan de ser la melodía junto a esa agua que cae en un torrente de metros y metros de altura.
Solo queda mi recuerdo, en forma de alma ¿recuerdas? probablemente dentro de un tiempo ya no.